Instalează Steam
conectare
|
limbă
简体中文 (chineză simplificată)
繁體中文 (chineză tradițională)
日本語 (japoneză)
한국어 (coreeană)
ไทย (thailandeză)
български (bulgară)
Čeština (cehă)
Dansk (daneză)
Deutsch (germană)
English (engleză)
Español - España (spaniolă - Spania)
Español - Latinoamérica (spaniolă - America Latină)
Ελληνικά (greacă)
Français (franceză)
Italiano (italiană)
Bahasa Indonesia (indoneziană)
Magyar (maghiară)
Nederlands (neerlandeză)
Norsk (norvegiană)
Polski (poloneză)
Português (portugheză - Portugalia)
Português - Brasil (portugheză - Brazilia)
Русский (rusă)
Suomi (finlandeză)
Svenska (suedeză)
Türkçe (turcă)
Tiếng Việt (vietnameză)
Українська (ucraineană)
Raportează o problemă de traducere
con los sueños brillando, sin un peso en el lugar.
Gilbert, mi amigo, tan lleno de luz,
con cartera vacía… pero con mucha actitud.
No tiene dinero, ni casa, ni pan,
pero tiene estilo que no tiene final.
Mientras otros se ahogan en deudas y ley,
él responde bailando: “¡Soy pobre y soy gay!”
Con jeans remendados y suéter prestado,
reparte sonrisas por todo el mercado.
Y aunque su cuenta esté en ceros, ok,
su corazón late fuerte: orgulloso y gay.
No compra lujos ni viaja en avión,
pero va por la vida con puro tacón.
Y si el mundo lo aplasta con juicio y desdén,
él contesta riendo: “¡Lo gay no se quita, y lo pobre también!”
Así es Gilbert, sin pena ni ley,
mi amigo del alma: tan pobre y tan gay.
Y aunque no tenga oro ni un Rolex que enseñar,
tiene algo más grande: ¡el poder de brillar!