Mi nombre es Ramón. Tengo 55 años. Mi vivienda es la número 72 de la vecindad, junto a las casas de Doña Clotilde y la Vieja Chancluda, me levanto cada día a las 11 de la madrugada. Soy fumador, y bebo nomás cuando juega el Necaxa. Me acuesto a las 11 PM, y me aseguro de tener 12 horas de descanso, sin importar qué. Después de tomarme un cafecito y darle un coscorrón al Chavo, usualmente no tengo problemas para dormir hasta la mañana siguiente. Como un bebé, me despierto sin fatigas ni estrés por la mañana. Me dijeron que no tengo problemas en mi último chequeo médico. Trato de explicar que soy una persona que desea vivir una vida muy tranquila. Trato de evitar al Señor Barriga cuando viene a cobrar la renta, pues eso me causaría insomnio por la noche. Así es como lidio con la vecindad, y sé que es lo que me da felicidad. Pero, si fuera necesario pellizcar al cachetón de Quico no me importaría si sufro las cachetadas de la Vieja Chancluda.