Mariela fue una popular estrella infantil, pero debido a los abusos de sus productores y agentes terminó convirtiéndose en prostituta de alto standing, a la vez que en una drogadicta al llegar a su madurez.

La pobre no tuvo mas remedio que unirse a "Los crespones rojos", una banda que se dedica a asaltar las bases de la buena gente.

En una de esas incursiones fue herida de gravedad por una de mis torretas de vigilancia. Al verla moribunda entre la casquería de tripas (puede que sea una redundancia) me apiadé y la llevé a mi base para curarla y desintoxicarla.

Después de muchos vómitos e intentos de huida, por fin, pasó a formar parte de nuestra idílica comunidad.

Todo iba perfecto hasta que, con el calor de verano, empezaron sus insinuaciones, cada vez más obvias y obscenas. Cosa que no le debió hacer mucha gracia a mi mujer, celosa de por sí. Ya que terminó por pegarle cuatro puñaladas en el tórax y arrastrando su cadáver hasta el horno crematorio.

Pobre Mariela, siempre la recordaré.