Un viaje hacia el bajo mundo norteamericano, pincelado de bluegrass, leyendas urbanas, mitos y tarot, en un juego donde el principal objetivo es contar y escuchar historias.
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Where the Water Tastes Like Wine es un homenaje a la cultura beat estadounidense de los '50, con personajes bohemios, extraños, con profundas pérdidas y un inherente sentimiento de búsqueda. La sucesión de historias y sus curiosas referencias en la simbología del tarot, construyen un clima denso, urbano y campestre, mezclado con humo de tabaco, blues, licor barato y la epopeya de caminar la ruta a pleno rayo de sol. La idea detrás de este título probablemente sea de las más originales que hemos visto en la industria en la última década, sin embargo también hay que reconocer que no es un juego destinado al gran público.

Para comenzar a explicar WTWTLW podemos decir que es en parte una novela gráfica, pero que a los textos hay que encontrarlos a lo largo y ancho de Estados Unidos, viajando a pie, en auto o en tren. El principal objetivo es descubrir historias para contar, historias que crecerán -o no- a medida que viajamos y otras personas repiten las mismas agregando detalles que pueden o no ser ciertos. Nuestro personaje atraviesa un viaje terrenal y espiritual encomendado por un gurú en forma de lobo que nos dará la pesada tarea de cargar con cualquier historia que se nos cruce en el camino. ¿Extraño? por supuesto. Sin embargo, por alguna razón funciona.

Tiene mucho que ver la ambientación, los sutiles dibujos y diseño de layout, la sublime música que nos acompaña en el camino, una mezcla de country, folk, blues y jazz vocal e instrumental, que descubre gran parte de las raíces norteamericanas, sobre todo del sur. Por supuesto que el 90% del éxito del juego está apoyado en su excelente calidad narrativa, con historias y mitos urbanos creados o documentados por distintos periodistas, escritores e incluso productores de otras desarrolladoras "no tan" indie. Johnnemann Nordhagen, el creador de este juego dentro de Dim Bulb games, es a su vez el co-fundador de Fullbright, creadores de Gone Home y Tacoma, por lo que la narrativa al frente del juego es algo que podría llamarse su marca registrada.

A medida que vamos recolectando y haciendo crecer historias, a lo largo del camino iremos conociendo diversos personajes que nos pedirán que se las contemos. En tanto las historias sean de la temática sugerida, el interés de nuestros interlocutores subirá y nos contarán más de su propia vida. El objetivo final del juego (quizás el logro más importante) es el de desbloquear todas las historias de todos los personajes. Sumado a esta "dificultad" por llamarlo de alguna forma, también debemos velar por la salud de nuestro personaje (hambre, fatiga) y por tener los medios económicos suficientes para viajar. Podemos morir, pero sólo para comenzar nuestro viaje nuevamente, sin perder las historias ganadas.

Las mecánicas están a la altura de la originalidad del juego, con un mini-juego para silbar y caminar más rápido, una forma de hacer dedo y viajar temporalmente en auto, y un menú de "decisiones" exclusivo de las grandes ciudades donde nuestras elecciones nos pueden llevar al éxito o a la ruina. Algunas historias también tienen diversas facetas que dependerán de pequeñas decisiones que decidirán si estamos contando una historia de amor, una de fantasmas o una simple broma. Tampoco es para tomarlo tan a la ligera: algunas historias terminan con nuestra inevitable muerte.

Está de más decir que recomendamos absolutamente Where The Water Tastes Like Wine, una antología de buenas historias y excelentes personajes, con tramas que son la espina dorsal de las grandes ciudades y pequeños pueblos rurales, esos cuentos que la gente ama contar y escuchar, exagerándolos, temiéndoles en secreto o repitiéndolos a sus hijos. Este juego pone atención en una de las características humanas más primitivas, que es la transmisión de conocimiento de manera oral, por lo que es casi imposible no querer saber adonde nos lleva el camino una vez que comenzamos el viaje.

El rey esta de vuelta: Larry Laffer escapa del olvido en uno de los mejores juegos de la franquicia. Wet Dreams Don't Dry es una gran noticia para los fanáticos de las aventuras gráficas.
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Allá por el año 1987, debutaba Leisure Suit Larry: in the Land of the Lounge Lizards, un extrañísimo título para un juego que generaría una gran polémica por su temática y contenido adulto. Larry Laffer, un eterno soltero que vivió toda su vida con la madre, decide pasar de perdedor a galán y dejar -finalmente- de ser virgen. Por supuesto que su objetivo no será tan sencillo de cumplir, tal es así que su tragicómica historia ya lleva 8 capítulos.

En tiempos donde Sierra Interactive reinaba en el mundo de las aventuras gráficas (por lo menos hasta la aparición de Lucasarts) la concepción de "point & click" era mas bien "type & do", es decir, todas las acciones había que tipearlas en una barra donde el personaje reconocía -o no- lo que le pedíamos. Todas las sagas de la época (King Quest, Space Quest, Larry, Shivers, Police Quest) pasaron en algún momento por este formato, lo cual le agregaba una dosis de dificultad altísima, teniendo en cuenta además la calidad del entorno gráfico. Los juegos de Sierra, además, fueron pioneros en requerir puntos para terminar la historia, y (lo más polémico de todo) fueron lo primeros en incluir la muerte en una aventura gráfica, algo que hasta el día de hoy es casi insólito. El ejemplo más perfecto para ilustrarlo es justamente en el primer juego de Larry, donde en una famosa escena si no usábamos preservativo moríamos de SIDA.

Todo este background histórico es para orientarlos en donde está parado este juego. Leisure Suit Larry: Wet Dreams Don't Dry (en adelante WDDD) es una perfecta continuación de la saga, tomando todos los elementos que contenían los juegos clásicos de Larry pero adaptándolos a esta época. Esto es dicho en todo sentido, ya que la trama del juego nos muestra a Larry viajando en el tiempo, directamente de los '80 a 2018. Las herramientas para conquistar mujeres ahora incluyen también a los celulares con sus redes sociales, o como Larry los llama: "cajas que brillan". Obvio que el objetivo es el mismo de todos los juegos de la franquicia: tratar de llevar a la cama a muchísimas mujeres hasta lograr conquistar a la "máxima".

Dijimos que todo está allí: la dificultad, la temática, el humor picaresco, y sobre todo, el carisma de su personaje principal. En tiempos donde todos tratan de ser políticamente correctos, es muy difícil lanzar un juego que podría ser visto como "no apto" según una mirada feminista. Sin embargo WDDD triunfa en el sentido que no hay momentos cringe, todo es tratado desde la óptica de un humor ingenuo, aunque sin dejar de ser un juego para adultos. Los personajes que encontraremos a lo largo de la historia son absolutamente interesantes, con muy buenas líneas de diálogo e historias para aportar a la trama, algo fundamental en cualquier aventura gráfica que se precie.

En cuanto a los puzzles, la esencia misma de los juegos de aventura, son realmente ingeniosos, con muchísimos items para usar y combinar (realmente muchos). Como dijimos en el párrafo retro, la altísima dificultad es una marca registrada de la franquicia, y celebramos que esta nueva versión no haya salido diluída. Incluso es posible morir, como en los juegos de antaño (aunque no completamente! spoiler alert). La interfaz es excelente, intuitiva y hasta con atajos (que podrían poner en el menú del juego) que facilitan mucho las cosas.

Aunque se promocione como un juego no lineal, esto no es del todo cierto. Si bien no hay un orden específico para resolver los puzzles, descubriremos -más tarde que temprano- que ciertos puzzles no se desbloquean hasta que hayamos completado otros... por lo que el asunto de la no-linealidad es un poco falso. Quizás no hacía falta aclararlo, ya que en verdad tiene el mismo formato clásico de cualquier aventura point & click.

En conclusión: uno de los mejores juegos de la franquicia Leisure Suit Larry y de las mejores aventuras gráficas de los últimos años. A pesar de que la fan base original ya sea muy escasa, celebramos que se sigan editando juegos de este género, que es uno de los pilares fundacionales del gaming en PC. Wet Dreams Don't Dry está a la altura de los legendarios, y se nota en su ADN un profundo respeto por esos juegos del panteón de aventuras que conocemos de memoria. Solo nos queda esperar que haya más títulos por venir.

10/10.