Gin fue uno de los personajes más misteriosos de toda la serie a causa de su permanente sonrisa y sus ojos rasgados, que combinado con su intensivo uso de burlas y sarcasmos hicieron muy difícil discernir sus pensamientos. Muchos encontraron su comportamiento y su aspecto muy inquietantes y eso provocaba que pocos se atrevieran a confiar en él, incluso antes de que se revelara como un traidor. Gin parecía ser plenamente consciente del efecto que tenía sobre los demás y más de una vez se le había visto jugando con las emociones de los demás para su propia diversión. Rukia Kuchiki y Wonderweiss Margela habían admitido tenerle miedo; Rukia, observándose a sí misma como si fuera estrangulada por serpientes cada vez que él le hablaba. En el anime, Gin hablaba en un dialecto distintivo de Kyoto, educado, pero indirecto.

Él demostró ser implacable tras castigar al guardián de la Puerta Oeste Jidanbō Ikkanzaka por cederles el camino a los Ryoka, asegurándole que un guardián no debe abrir jamás el camino a los intrusos, algo que enfureció a Ichigo Kurosaki.

Uno de los pocos datos personales que se saben de él es que su comida favorita era el caqui seco, desde que era un niño. De hecho, él mismo plantó varios árboles de caqui cerca de las oficinas de la Tercera División, secando él mismo los caquis y distribuirlos entre las otras divisiones. Además, no le gustaba él taro seco desde que una vez lo confundió con caqui seco. A Ichimaru también le gustaba observar a seres mortales, pasear en su tiempo libre (aunque muchas veces solo lo hacía para encontrar a alguien a quien molestar) y su especialidad era enhebrar agujas.