28 people found this review helpful
Recommended
0.0 hrs last two weeks / 7.4 hrs on record (7.1 hrs at review time)
Posted: 20 Jan @ 10:40am
Updated: 21 Jan @ 5:36am

The Last Door: Season 2 llega como una sombra más densa y compleja que su predecesor, tomando la atmósfera inquietante y la narrativa envolvente del primer título y llevándola a nuevas profundidades.

En esta secuela, el juego nos aleja del protagonista de la primera entrega, Jeremiah Devitt, para centrarse en el Dr. Wakefield, un psiquiatra que, al igual que su antecesor, se ve arrastrado por los ecos de un pasado oscuro que lo conecta con su viejo amigo, y con una serie de sucesos aterradores que lo induce hacia lo inexplicable.
Así pues, deberá cruzar el umbral hacia un lugar donde la cordura comienza a desmoronarse bajo el peso de la obsesión y la locura.

Como cabe esperar, el estilo visual pixelado se mantiene, donde la simplicidad de los diseños sigue siendo una herramienta perfecta para crear una atmósfera inquietante y aún más siniestra que en la anterior entrega. Esta secuela presenta una mayor diversidad de escenarios que se sienten cada vez más fragmentados y desquiciados. Los ambientes desolados y decadentes, desde las frías y lúgubres calles victorianas, hasta inquietantes hospitales psiquiátricos y paisajes anómalos que parecen sacados de un sueño roto, consiguen plasmar la sensación de un mundo en descomposición. Todo está impregnado de esa atmósfera cargada, donde lo inerte parece tener vida propia, y lo que no se dice es más aterrador que lo que se muestra.
Es una sensación donde lo cotidiano se convierte en lo extraño y lo incomprensible, siempre dejando al espectador con el presentimiento de que algo está mal, pero sin poder identificar exactamente el qué.

Un aspecto que no podemos pasar por alto (ya imaginaréis cuál) es su banda sonora, que al igual que en la primera temporada, se convierte en un personaje más de la historia.
Las melodías continúan siendo tan evocadoras y lúgubres como en el primer título, pero en esta secuela se sienten más maduras, más complejas y melancólicas. Un componente esencial para crear la atmósfera opresiva y desesperante, guiándonos a través de los paisajes y recuerdos desolados de nuestro viaje, como un susurro persistente que nunca se desvanece.
Cada tema refleja perfectamente la tensión creciente, la sensación de estar perdiendo el control, de estar entrando en un abismo del que no hay retorno.
Al igual que en mi reseña del anterior juego, insto al maravilloso Carlos Viola a publicar estas indescriptibles y maravillosas obras musicales en formato vinilo (LP).

En esta temporada, se nos presentan personajes que aportan una mayor complejidad, con un trasfondo oscuro y un destino incierto que se entrelaza con los eventos sobrenaturales que empiezan a desbordar la razón.
Al igual que en las obras de Edgar Allan Poe, el terror se encuentra en los rincones oscuros de la psique humana, en los recuerdos olvidados y las voces susurrantes que nos persiguen cuando más lo necesitamos. No solo exploraremos el pasado de Devitt, sino también el de aquellos que lo rodean, sumergiéndonos en las profundidades de las relaciones humanas, las obsesiones y los horrores de la mente.
Y es ahí donde el horror Lovecraftiano se hace presente, entremezclándose con el del anterior autor. El miedo en The Last Door: Season 2 no es solo lo que podemos ver, sino lo que está detrás del Velo: el conocimiento prohibido, las fuerzas de la otra realidad que se extienden más allá de nuestra comprensión. La verdad es mucho más aterradora que cualquier monstruo, y cuando finalmente se revela, nos deja con más preguntas que respuestas, como si estuviéramos mirando algo que no estamos preparados para comprender.

En definitiva, The Last Door: Season 2 es una experiencia absorbente, una mezcla de horror sobrenatural y misterio que se mantiene fiel a su predecesor, siempre con ese aire inquietante que caracteriza a la serie, dejándonos a nuestra suerte en una espiral de incertidumbre, donde la línea entre la realidad y la locura ya no existe. No hay respuestas definitivas, solo una creciente sensación de horror, un recordatorio de que, a veces, el peor miedo es el que reside en nuestra mente.

Desde luego, es una historia que jamás olvidaré.

Videte ne quis sciat.
Was this review helpful? Yes No Funny Award
Comments are disabled for this review.