Quiero compartir mi experiencia en Assassin’s Creed Shadows. Este título prometía ser una nueva joya dentro de la franquicia, y aunque tiene aspectos que me han encantado, también hay ciertos detalles que me han dejado con sentimientos encontrados.

Para empezar, los gráficos son impresionantes. La recreación del Japón feudal es simplemente espectacular, con paisajes detallados, efectos de iluminación realistas y una atención al detalle que realmente hace que el mundo se sienta vivo. Además, la optimización del juego es sorprendentemente buena, algo que se agradece en un lanzamiento de esta magnitud. En mi experiencia, el rendimiento ha sido sólido, sin caídas de FPS ni tiempos de carga excesivos.

Sin embargo, no todo es perfecto. He notado varios bugs de audio que pueden ser bastante molestos. A veces, las voces de los personajes se cortan, los sonidos de los combates desaparecen por completo o la música se superpone de manera extraña. No es algo que arruine la experiencia, pero definitivamente afecta la inmersión en ciertos momentos.

En cuanto a la historia, es aquí donde siento que Shadows flaquea. No es que sea mala, pero se siente excesivamente larga y con un ritmo que a veces se vuelve tedioso. Los personajes no terminan de engancharme, y las misiones principales, aunque bien diseñadas en términos de jugabilidad, no logran emocionarme tanto como esperaba. Además, me hubiera gustado que el juego tuviera una conexión más fuerte con la hermandad de los Asesinos y que se vinculara más con la historia real, algo que hacía especiales a los primeros Assassin’s Creed.

Pero si hay algo que realmente brilla en Shadows, es el combate. Es increíblemente divertido y satisfactorio. Cada pelea se siente intensa, con animaciones fluidas y mecánicas bien pulidas. Poder alternar entre un combate sigiloso y enfrentamientos directos le da mucha variedad al gameplay, y las ejecuciones son espectaculares. Sin duda, este es uno de los mejores sistemas de combate que la saga ha tenido en años.

Aún no he terminado la historia, pero ya llevo entre un 65 y 70% del juego, y aunque sigo disfrutándolo, espero que el tramo final logre sorprenderme un poco más narrativamente. En definitiva, Assassin’s Creed Shadows es un título con mecánicas sólidas, un apartado técnico impresionante y un combate adictivo, pero que cojea en su narrativa y en su conexión con la franquicia.

Quiero compartir mi experiencia en Assassin’s Creed Shadows. Este título prometía ser una nueva joya dentro de la franquicia, y aunque tiene aspectos que me han encantado, también hay ciertos detalles que me han dejado con sentimientos encontrados. Para empezar, los gráficos son impresionantes. La recreación del Japón feudal es simplemente espectacular, con paisajes detallados, efectos de iluminación realistas y una atención al detalle que realmente hace que el mundo se sienta vivo. Además, la optimización del juego es sorprendentemente buena, algo que se agradece en un lanzamiento de esta magnitud. En mi experiencia, el rendimiento ha sido sólido, sin caídas de FPS ni tiempos de carga excesivos. Sin embargo, no todo es perfecto. He notado varios bugs de audio que pueden ser bastante molestos. A veces, las voces de los personajes se cortan, los sonidos de los combates desaparecen por completo o la música se superpone de manera extraña. No es algo que arruine la experiencia, pero definitivamente afecta la inmersión en ciertos momentos. En cuanto a la historia, es aquí donde siento que Shadows flaquea. No es que sea mala, pero se siente excesivamente larga y con un ritmo que a veces se vuelve tedioso. Los personajes no terminan de engancharme, y las misiones principales, aunque bien diseñadas en términos de jugabilidad, no logran emocionarme tanto como esperaba. Además, me hubiera gustado que el juego tuviera una conexión más fuerte con la hermandad de los Asesinos y que se vinculara más con la historia real, algo que hacía especiales a los primeros Assassin’s Creed. Pero si hay algo que realmente brilla en Shadows, es el combate. Es increíblemente divertido y satisfactorio. Cada pelea se siente intensa, con animaciones fluidas y mecánicas bien pulidas. Poder alternar entre un combate sigiloso y enfrentamientos directos le da mucha variedad al gameplay, y las ejecuciones son espectaculares. Sin duda, este es uno de los mejores sistemas de combate que la saga ha tenido en años. Aún no he terminado la historia, pero ya llevo entre un 65 y 70% del juego, y aunque sigo disfrutándolo, espero que el tramo final logre sorprenderme un poco más narrativamente. En definitiva, Assassin’s Creed Shadows es un título con mecánicas sólidas, un apartado técnico impresionante y un combate adictivo, pero que cojea en su narrativa y en su conexión con la franquicia.