Una obra de arte que lamentablemente ha pasado desapercibida para algunos. Increíble a nivel visual y sonora, más si hablamos de un juego que salió en 2011.

La mecánica de juego es una mezcla de Plataformas y Hack'n'Slash (que quizás peque de repetitiva en algunas ocasiones), acompañado de una narrativa (aparentemente en un segundo plano en principio) y que, aunque confusa durante su comienzo poco a poco se nos revelaran pequeños destellos en forma de recuerdos con los cuales podremos desgranar poco a poco la trama junto a nuestra protagonista; y que además te atrapará por saber la verdad que se esconde detrás de este crudo cuento. Todo ello acompañado por una buena banda sonora a la altura del apartado visual.

Estamos, en resumen, ante una joya subestimada y recomendadísima para todos aquellos amantes de la estética oscura, a cualquiera que haya jugado a la primera parte (también muy recomendable si no lo llegaron a probar, "American McGee's Alice" del año 2001) pero sobre todo a los fans de la historia original a los que no les importe sumergirse en un mundo anárquico dominado por una espiral de locura y descubrir algo nuevo.

En este País de las maravillas nada es lo que parece, y cada puerta oculta incontables oscuros secretos.