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esta misma frase, en voz de otros pueblos indios;
de campesinos, de obreros,
de estudiantes, de mujeres,
de jóvenes, de maestros,
de ancianos, de pequeños comerciantes…:
“¡Hasta morir si es preciso,
hasta morir si es preciso!”.
Vivos, o muertos,
presos o en libertad,
desaparecidos o en la calle;
en la montaña, en el río, en el mar…
Venimos a repetir lo mismo a los de allá arriba,
a los grandes políticos, a lo grandes ricos:
¡los vamos a hacer pedacitos,
hasta morir si es preciso!
¿Qué partido de oposición no ha sido motejado de comunista por sus adversarios en el poder? ¿Qué partido de oposición a su vez, no ha lanzado, tanto a los representantes de la oposición, más avanzados, como a sus enemigos reaccionarios, el epíteto zahiriente de comunista?
De este hecho resulta una doble enseñanza:
Que el comunismo está ya reconocido como una fuerza por todas las potencias de Europa.
Que ya es hora de que los comunistas expongan a la faz del mundo entero sus conceptos, sus fines y sus tendencias, que opongan a la leyenda del fantasma del comunismo un manifiesto del propio partido.
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