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Posted: 9 Jan, 2024 @ 9:34am

He terminado Talos 2 hace apenas un día. Originalmente, pensaba centrarme en hablar sobre cómo mejoró en comparación con su precuela, pero la mejora es tan evidente en tantos aspectos que simplemente puedo afirmar que Talos 2 es superior en todos los sentidos. Aunque tiende a flaquear en los puzles de estrellas, los cuales son más fáciles que los del juego anterior, sigue siendo una experiencia notable. A pesar de esto, el juego mejoró los puzles al agregar más contenido y proporcionar formas curiosas de resolverlos. En términos de jugabilidad y gráficos, es indudablemente superior y lo recomendaría sin dudarlo. No obstante, hay un aspecto más profundo que me gustaría abordar.

Talos 1 fue una experiencia que me hizo reflexionar profundamente en mi infancia. Aunque su filosofía y narrativa ahora me parecen algo obsoletas en mi perspectiva actual, sigue siendo impactante por su enfoque algo religioso y su capacidad para incitar a la reflexión sobre que es ser humano. Sin embargo, quiero destacar la historia de Talos 2 de manera más seria, ya que, en mi caso, es un tema sobre el que he estado reflexionando durante varios años.

Intentaré evitar spoilers importantes y explorar mucho en la filosofía del juego. Hay algo que he llegado a detestar profundamente en estos días: el desprecio hacia la especie humana. La idea de que alguien odie a nuestra especie debido a decisiones del pasado, hechos y actos, me enfurece y para sorpresa mía, este juego habla de una u otra forma de este tema. El juego aborda el futuro de la nueva humanidad y ofrece diferentes perspectivas sobre el progreso de la especie. Algunas de estas visiones las comparto como la del avance de la especie aun considerando el riesgo, otras las considero más profundas con una comprensión completa de la especie, y también está la postura conservadora, que prefiere limitar la especie en lugar de dejar que la naturaleza siga su curso sin la intervención humana. Aunque no estoy de acuerdo con esta última postura, la entiendo casi en su totalidad, ya que refleja el miedo al pasado y al avance que podría causar el mismo daño.

El juego invita a la reflexión sobre si los humanos merecemos progresar o vivir limitados, e incluso si merecemos avanzar. Siempre he creído que como especie debemos avanzar y aprender de nuestros errores para evitar repetirlos. El no avanzar solo trae más tragedias que nos limitan y no resuelven los verdaderos problemas de nuestra especie. El juego vive en la reflexión sobre si merecemos progresar o vivir limitados, enfrentando los errores para un futuro mejor. Aunque la esperanza siempre está presente, avanzar requiere tener fe.

Recomiendo la historia de Talos 2. Sé que no es para todos, pero al menos ofrece la capacidad de decidir tu destino después de enfrentarte a desafíos que solo tú valorarás. Ninguna respuesta es necesariamente incorrecta; simplemente es la dirección que eliges. De una u otra forma, debemos afrontar los errores para un futuro mejor, ya que incluso los nuevos humanos no comprenden por completo por qué sus antepasados odiaban a su propia especie. Esto es algo que no tiene sentido, incluso para ellos, que en algún momento pensaron que eran superiores a los humanos, pero ahora saben que no son diferentes en nada.

Otro aspecto que quiero comentar es cómo el juego vuelve a utilizar la imagen del mal o satánica para representar a aquellos que cultivan la duda y la curiosidad. No debemos demonizar la curiosidad humana; Talos 1 ya habló de esto, y la secuela no se queda atrás.

Disfruten de esta secuela entretenida, hermosa y brillante. Quizás algún día la vuelva a jugar y mi filosofía cambie, como ocurrió con Talos 1, pero siempre sabré que estos juegos han sido un buen pilar en mis ideas y han alimentado nuestra inteligencia con puzles, como dijo Alexandra.
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