Encontré Crow Country mediante una recomendación en un podcast de videojuegos, y desde que lo vi, supe que lo quería jugar. ¡Y si que lo disfruté!
Adentrarme en el mundo de Crow Country ha sido como viajar en el tiempo, a aquellos gloriosos días del survival horror clásico. Este juego, desarrollado por SFB Games, rinde un sentido homenaje a los pilares del género, logrando una experiencia que nos transporta directamente a la década de los 90, cuando el terror y la exploración reinaban en el mundo del videojuego.

Con una mirada al pasado, Crow Country se inspira en clásicos como los primeros Resident Evil, y esta influencia es evidente desde el primer momento. La jugabilidad se centra en la exploración minuciosa, la resolución de puzles, la búsqueda de llaves y el enfrentamiento con enemigos, todo mientras desentrañamos una oscura trama ambientada en un parque de atracciones tenebroso. Si eres fanático del terror de la vieja escuela, este juego te hará sentir como en casa.

En Crow Country, asumimos el rol de Mara Forest, una agente que llega al parque de atracciones y se ve atrapada en la historia de Edward Crow, su misterioso fundador. A medida que avanzamos, desbloqueamos nuevas áreas, conocemos personajes intrigantes y adquirimos nuevas armas. Aunque la mecánica de juego no presenta grandes sorpresas en comparación con los pioneros del género, destaca un elemento innovador: la exploración del entorno con una cámara libre. Eso si, la cámara solo se puede girar, no mover hacia arriba o abajo, y este detalle añade una capa adicional de inmersión, obligándonos a inspeccionar cada rincón en busca de objetos y secretos.

El combate en Crow Country es, en su mayoría, opcional. Aunque enfrentaremos jefes y enemigos que bloquean nuestro camino, la mayoría del tiempo podemos optar por esquivarlos. Sin embargo, no eliminarlos implica que los enemigos se vuelvan más numerosos y poderosos, complicando nuestra movilidad y creando una dinámica interesante de gestión de recursos.

En cuanto a los puzles, estos están excelentemente concebidos. No son ni demasiado fáciles ni imposiblemente difíciles, ofreciendo un desafío que se siente auténtico y fiel a los survival horror de antaño. Estos puzles, junto con la exploración y las pistas disponibles para avanzar, crean una experiencia cohesiva y satisfactoria.

Visualmente, Crow Country es un deleite nostálgico. Los gráficos emulan los escenarios prerrenderizados de los 90, pero están renderizados en tiempo real, permitiendo una interacción dinámica con el entorno. Esta combinación de estética clásica y tecnología moderna crea un resultado impresionante. Los efectos de postprocesado que simulan las bajas resoluciones de antaño añaden un toque auténtico que enamorarán a los fans del género. Aunque el apartado sonoro cumple su función con las justas, si tiene un par de temas que son interesantes.

Mi crítica principal al juego es su dependencia excesiva de las notas escritas. Aunque estas proporcionan detalles importantes y permiten registrar información valiosa, la lectura constante puede ralentizar el ritmo del juego. Con una duración aproximada de unas 6 horas, la experiencia es suficientemente larga para sentirse completa sin alargarse innecesariamente.

Como conclusión, es un tributo al terror clásico para los amantes del género, Crow Country es una joya que captura la esencia del género durante su época dorada en la PlayStation. Aunque no reinventa la rueda, ofrece una experiencia rica y nostálgica que es difícil de encontrar en los juegos modernos. Si extrañas el terror de los 90, Crow Country es una apuesta segura para disfrutar de principio a fin.