Verás, no necesito comparar este juego con lo evidente ni llevármelo a la saga Souls. Eso que lo hagan otros, a mí la saga Souls me ha dado pocas horas. Yo estoy aquí para contarte por qué debes jugar a esto incluso si no has tocado un Souls en tu vida o no te interesan en absoluto.

¿Por qué debes jugar? Primero por las sensaciones.

Jugablemente, no voy a mentiros, estoy aquí gracias a Monster Hunter. Pero eso es otra historia. Voy a aproximar estas sensaciones abriendo el arco de lo que este juego me inspira o me recuerda. Estas sensaciones las recuerdo en Oblivion, Gothic, Fable, Risen, Vampire, Dragon Age y en primera instancia Skyrim, The Witcher 3 y Kingdom Come Deliverance. Podría añadir los Baldurs, o incluso Diablo 2, pero no quiero liaros. Aunque os garantizo que hay muchas rimas en estos juegos a todo lo que nombro. Me da bastante igual si exagero los acercamientos; yo hablo de sensaciones.

Lo que quiero decir, salvando las distancias, es esa sensación de exploración, de ver qué hay, de acercarte a los lugares. Y aunque cada uno con sus particularidades, y siendo quizá Oblivion, Skyrim y Kingdom Come los que más se acercan a estas sensaciones en cuanto a exploración, todos estos juegos que he nombrado tenían algo especial, algo que te hacía estar tranquilo frente a la pantalla, bebiendo una historia y marcando tú el ritmo narrativo. Además, claro está, la oscuridad de entrar a una Dungeon. Al final el juego te cuenta cosas a través de diferentes decorados, como cualquier juego, pero es que aquí tenemos una variedad interesante.

Recientemente recuerdo también juegos como Outward que siendo algo más “survivor experience” que Elden Ring, dan un acercamiento a esta forma de narrar con eventos y decorados. Además de contar con un gameplay similar.

Al final, Elden Ring reduce a lo básico la narración para darte una experiencia íntima y diegética. Es decir, lo que ocurre, lo que el juego te dice, te lo dice de manera ligada a lo que a cada personaje le ocurre, sin grandes gestas explicadas de manera grandilocuente. Si un personaje tiene una misión para ti o te pide un cometido, te lo cuenta desde su perspectiva, que puede ser tremendamente reducida y limitada a 2 frases. Esto se puede ligar a todo el juego y poco a poco irás desentrañando un mundo. Sobre todo, te acordarás de cada personaje y serás capaz de ligar los eventos sin que te lleven de la manita.

El juego te trata como alguien adulto, como nos trataban los juegos de los 90 o de los 2000 cuando éramos niños. Y eso se agradece.

Elden Ring no requiere de constantes marcadores de misión porque los eventos están colocados de tal forma que tengas que pasar de alguna manera por sitios que vayan llamando tu atención. Y eso se agradece. Como se agradece la variedad de enemigos y eventos que, sin ser infinita, es bastante rica.

Jugablemente es bastante aceptable. Y cuando digo aceptable digo excelente teniendo en cuenta cómo está el videojuego actualmente. Lo que haces cuenta, los errores se pagan y el juego te da la capacidad de aprender. No hay movimientos predefinidos que duran el infinito y ejecutan a un boss.

El personaje responde a lo que haces y en cuanto al movimiento en la exploración, el “plataformeo” el “quiero llegar a este saliente” es sencillamente delicioso. Me recuerda a esos “retos” de Guild Wars 2. Esto último es especialmente de agradecer en las mazmorras principales del juego donde la conexión entre pasillos, tejados, salas, es espectacular y da la sensación y la certeza de que son estancias tremendamente trabajadas que puedes explorar de diferentes formas distintas, con diferentes riesgos,y diferentes formas de moverte. Esto harás que quieras volver a donde ya estuviste, por la sensación de no haber ahondado suficiente en algún lugar.

Como digo, en general, y disculpad por la poca estructura de la crítica, si alguno de los juegos que he nombrado aquí te ha llamado la atención en algún momento y los has disfrutado: juega Elden Ring, porque quizá tardemos otros 5 años en tener otro juego que respete al jugador.

Verás, no necesito comparar este juego con lo evidente ni llevármelo a la saga Souls. Eso que lo hagan otros, a mí la saga Souls me ha dado pocas horas. Yo estoy aquí para contarte por qué debes jugar a esto incluso si no has tocado un Souls en tu vida o no te interesan en absoluto. ¿Por qué debes jugar? Primero por las sensaciones. Jugablemente, no voy a mentiros, estoy aquí gracias a Monster Hunter. Pero eso es otra historia. Voy a aproximar estas sensaciones abriendo el arco de lo que este juego me inspira o me recuerda. Estas sensaciones las recuerdo en Oblivion, Gothic, Fable, Risen, Vampire, Dragon Age y en primera instancia Skyrim, The Witcher 3 y Kingdom Come Deliverance. Podría añadir los Baldurs, o incluso Diablo 2, pero no quiero liaros. Aunque os garantizo que hay muchas rimas en estos juegos a todo lo que nombro. Me da bastante igual si exagero los acercamientos; yo hablo de sensaciones. Lo que quiero decir, salvando las distancias, es esa sensación de exploración, de ver qué hay, de acercarte a los lugares. Y aunque cada uno con sus particularidades, y siendo quizá Oblivion, Skyrim y Kingdom Come los que más se acercan a estas sensaciones en cuanto a exploración, todos estos juegos que he nombrado tenían algo especial, algo que te hacía estar tranquilo frente a la pantalla, bebiendo una historia y marcando tú el ritmo narrativo. Además, claro está, la oscuridad de entrar a una Dungeon. Al final el juego te cuenta cosas a través de diferentes decorados, como cualquier juego, pero es que aquí tenemos una variedad interesante. Recientemente recuerdo también juegos como Outward que siendo algo más “survivor experience” que Elden Ring, dan un acercamiento a esta forma de narrar con eventos y decorados. Además de contar con un gameplay similar. Al final, Elden Ring reduce a lo básico la narración para darte una experiencia íntima y diegética. Es decir, lo que ocurre, lo que el juego te dice, te lo dice de manera ligada a lo que a cada personaje le ocurre, sin grandes gestas explicadas de manera grandilocuente. Si un personaje tiene una misión para ti o te pide un cometido, te lo cuenta desde su perspectiva, que puede ser tremendamente reducida y limitada a 2 frases. Esto se puede ligar a todo el juego y poco a poco irás desentrañando un mundo. Sobre todo, te acordarás de cada personaje y serás capaz de ligar los eventos sin que te lleven de la manita. El juego te trata como alguien adulto, como nos trataban los juegos de los 90 o de los 2000 cuando éramos niños. Y eso se agradece. Elden Ring no requiere de constantes marcadores de misión porque los eventos están colocados de tal forma que tengas que pasar de alguna manera por sitios que vayan llamando tu atención. Y eso se agradece. Como se agradece la variedad de enemigos y eventos que, sin ser infinita, es bastante rica. Jugablemente es bastante aceptable. Y cuando digo aceptable digo excelente teniendo en cuenta cómo está el videojuego actualmente. Lo que haces cuenta, los errores se pagan y el juego te da la capacidad de aprender. No hay movimientos predefinidos que duran el infinito y ejecutan a un boss. El personaje responde a lo que haces y en cuanto al movimiento en la exploración, el “plataformeo” el “quiero llegar a este saliente” es sencillamente delicioso. Me recuerda a esos “retos” de Guild Wars 2. Esto último es especialmente de agradecer en las mazmorras principales del juego donde la conexión entre pasillos, tejados, salas, es espectacular y da la sensación y la certeza de que son estancias tremendamente trabajadas que puedes explorar de diferentes formas distintas, con diferentes riesgos,y diferentes formas de moverte. Esto harás que quieras volver a donde ya estuviste, por la sensación de no haber ahondado suficiente en algún lugar. Como digo, en general, y disculpad por la poca estructura de la crítica, si alguno de los juegos que he nombrado aquí te ha llamado la atención en algún momento y los has disfrutado: juega Elden Ring, porque quizá tardemos otros 5 años en tener otro juego que respete al jugador.