Install Steam
login
|
language
简体中文 (Simplified Chinese)
繁體中文 (Traditional Chinese)
日本語 (Japanese)
한국어 (Korean)
ไทย (Thai)
Български (Bulgarian)
Čeština (Czech)
Dansk (Danish)
Deutsch (German)
Español - España (Spanish - Spain)
Español - Latinoamérica (Spanish - Latin America)
Ελληνικά (Greek)
Français (French)
Italiano (Italian)
Bahasa Indonesia (Indonesian)
Magyar (Hungarian)
Nederlands (Dutch)
Norsk (Norwegian)
Polski (Polish)
Português (Portuguese - Portugal)
Português - Brasil (Portuguese - Brazil)
Română (Romanian)
Русский (Russian)
Suomi (Finnish)
Svenska (Swedish)
Türkçe (Turkish)
Tiếng Việt (Vietnamese)
Українська (Ukrainian)
Report a translation problem
Esto va dedicado a todas las personas que alguna vez conocí en este lugar, a todos aquellos con quienes conversé, al menos, por un rato.
No puedo recordarlos a todos y pronto no recordaré a ninguno; pero no creo que eso sea importante en este punto. No importa si hay algunos que ya no recuerdo o no recordaré; lo importante es que alguna vez lo hice; y alguna vez los quise.
Viví mi vida entera soñando, deseando no despertar, inventándome escenarios en los que era feliz, en los que era importante. Acá lo era, eso pensé; eso me hicieron sentir, me hicieron sentir vivo. Hoy la verdad se impone, pero los tesoros de mi vida fueron aquellos sentimientos que, alguna vez, acariciaron mi alma y, aunque hoy se muestren como falsos, se sintieron tan reales. Por eso los llevaré conmigo.
por cada lágrima que sentencie nuestra eternidad.
Adiós, amigos.