Dejo esta breve guía, ya que casi no encontré orientaciones por aquí de como sobrevivir a las noches, sobre todo al avanzar el juego. No sé si es un receta infalible, pero ya llevo 20 noches sin morir en el segundo refugio, base sustantiva y necesaria para pasar al tercero, sobre todo para acumular armas de fuego.

Y no sé como vendrá en el futuro (aunque ya recibí ataques de enemigos que se ven por el bosque y otros que aún no aparecen en el capítulo 1), pero esta es la segunda partida que hago y esta vez decidí tomarme las cosas con calma, equiparme, ganar los puntos de prestigio de las noches y lentamente ir avanzando. Algunas claves de como organizo el refugio:

a) las dos luces dentro del cuarto, evitando que la luz salga mucho por las ventanas fortificadas;
b) tapiar/fortificar todas las puertas del lugar, mismo colocando muebles para taparlas (recuerda hay un sofá donde está el generador). Dejar UNA ventana libre, por donde entrarás al refugio. De las noches que llevo, los instrusos rompen ventanas o puertas, pareciera que no entran por la ventana libre (nunca intenté tapiar y luego quitar la fortificación, pero estimo funciona, solo que resta recursos al final) y como tienen todo fortificado, se pasan la noche rompiendo las entradas de las puertas (se suele escucharlos romper algo y al otro día son las puertas)
b) mueble sobre la abertura del cuarto, ya que no tiene puerta;
c) una trampa de oso sobre el lado izquierdo de la apertura tapada por el mueble (entran por allí);
d) entre una o dos trampas de oso en cada ventana (son 2 o 4 en total);
e) llenar el piso de vidrio, sobre todo en zonas anexas a ventanas y puerta;
f) llevar siempre madera y clavos para fortificar las ventanas en caso las rompan;
g) de ser posible, llevar algunas trampas de oso extras en el inventario;
h) llevar una antorcha o bengala en caso de que se apaguen las luces (y nunca viene de más unos vendajes)

Hasta ahora funciona, algo similar hice en el primer refugio y salvo uno o dos intrusos, ni entraban al cuarto. En fin, espero les sirva y ¡que el bosque no los devore!