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1. Se llena el vaso de leche.
2. Se mete el vaso en el microondas y se calienta a la temperatura que más te guste. Truco: cuanto más ardiente esté la leche, antes se reblandecerán las galletas, ¡pero más te escocerá la lengua!
3. Se saca el vaso del microondas y se guarda la leche en la nevera para una mejor conservación.
4. Verter en el vaso dos o tres (o cuatro, o cinco, o seis…) cucharadas de cacao (¿no debería ser, mejor, dos o tres “cucharilladas”?). Adicionalmente se le puede echar un pegote de miel o un poco de azúcar.
5. Se remueve el cacao con la cucharilla para que se mezcle con la leche.
6. Mojar las galletas en la leche y comérselas, saboreando la deliciosa ambrosía.
7. Hacer la digestión.