La saga Age of Empires siempre me ha acompañado a lo largo de la infancia, la adolescencia y hasta el día de hoy. He tenido la suerte de probar todos los juegos de la saga, incluso el Age of Mythology si lo consideramos como tal, y siempre me ha parecido el Age of Empires 3 junto con el Age of Mythology los mejores de la saga. Además por muchos motivos.

Centrándonos en el Age of Empires 3, en primer lugar existe una ventaja gráfica que le otorgó ser un juego de 2006, con respecto al AOE I y II. La Edición Definitiva es una actualización gráfica, pero sobre ese estilo gráfico que ya era muy superior a los antiguos y así se aprecia en cualqueir imagen que podamos ver. De hecho, se ve prácticamente igual que el AOE IV, lo que no hace sino sumarle puntos a este juego.

Las físicas, animaciones y efectos sonoros son correctos. No son las mejores posibles ni te generan un realismo bélico apasionante, pero sirven para crear una imagen verosímil de la época y de lo que estamos haciendo.

Una de las apuestas más innovadoras del AOE 3 fue diseñar un sistema de mazos de cartas específico para cada facción que poder enviar según la edad en la que estés para poder otorgarte distintas ventajas. Nunca he entendido la reticencia a este sistema que no hace sino darle un abanico de posibilidades a las facciones y a las estrategias personales sublime: desde enviarte cajones con recursos, tropas especiales a mejoras tecnológicas a las que otros no tienen acceso. Siempre me ha parecido la clave del juego, el hecho diferenciador que le aportó a la saga el cambio que necesitaba para poder explotar mejor las diferencias entre facciones. Algo más que diferencias estéticas en los edificios o cambios en las estadísticas de las unidades como tenían los juegos antiguos.

Otro cambio clave que afecta de forma interesante a la jugabilidad es la existencia de lugares en el mapa como tesoros, rutas comerciales o puestos de nativos. Estos lugares puede ser clave para decantar la ventaja en la partida y por ello los jugadores compiten para controlar estos lugares con las fortalezas y las tropas. Para mí esto, que además cambia según los mapas, ayuda a que cada partida sea única y exista una interacción con el mapa mas allá de la búsqueda y recogida de los recursos naturales.

La variedad de facciones y sus diferentes formas de avanzar también es un aspecto interesante para adaptar todo a tu estrategia y tu forma de juego. Cada persona acaba sintiéndose más cómoda jugando con una facción, lo cual me parece positivo. Además, las diferentes estrategias y formas de avanzar están bastante equilibradas entre sí. Las facciones más agresivas inicialmente tienden a ser más débiles al final de la partida y viceversa. Así mismo, hay facciones más centradas en la economía y otras en lo militar, lo cual también balancea la calidad vs la cantidad. La edición definitiva ha ayudado a balancear las facciones existentes, recomponer el sistema de cartas y añadir alguna mejora. El resultado es un juego bastante pulido y bastante equilibrado.

Una tontería, que a mí me parece digna de mención, es que en AOE 3 los aldeanos no tienen que ir y volver a depositar los recursos a un almacén. Esto es distinto en el resto de juegos de la saga. Si bien que los aldeanos tengan que ir y volver a un almacén puede ser considerado como un aspecto realista, desde un punto de vista táctico y estratégico es una distracción que implica el uso de tu tiempo en ir construyendo almacenes por el mapa. La decisión de suprimir este hecho me parece muy acertada, pues supone liberar ese tiempo para poder gestionar mejor otros aspectos del juego, como los envíos desde la metrópoli.

Finalmente está la cuestión de la época, si bien cada persona puede tener sus preferencias sobre en qué edad pueda ser más emocionante jugar, en AOE 3 se juntan las características del armamento medieval con las armas de fuego y la artillería, una situación excepcional que diversifica los combates entre cuerpo a cuerpo y a distancia como en ningún otro periodo de la historia.

Tras esta valoración de los aspectos fundamentales, me gustaría valorar globalmente el juego. Buena temática, buena banda sonora, buena ambientación (diálogos en los idiomas de cada facción), buen equilibrio y mucha variedad que hace el juego muy rejugable. Me parece destacable que sigan pensando en introducir contenido nuevo, eventos y actualizaciones de bugs para hacer el juego más atractivo y mejor.

No me quiero olvidar de un aspecto que me parece de justicia destacar, máxime siendo que nos encontramos en un mercado de videojuegos totalmente hinchado (Ejemplo es el AOE IV): AOE III DE salió a la venta hace un año por 20€, 15€ si tenías comprado el AOE3. Además el juego un año después ya está siendo rebajado al 50%. Quitando la política de añadir DLC's con más facciones, creo que es de los pocos juegos de calidad que han salido recientemente con un precio de salida accesible (Costaba en torno a la mitad que el AOE de 2006).

Es un juego que venía de la infancia, pero que al volver a jugarlo en su edición definitiva no se siente como un recuerdo agridulce, sino que consigue superar lo que podías imaginar. Ya no es sólo una remasterización del AOE 3, sino una obra que no han podido superar globalmente con el nuevo AOE IV. Cada vez con más contenidos.