La narrativa y empeño que le pusieron a su historia principal, conjuntamente con el variopinto gameplay, logran que este juego merezca ser jugado por todo aquel que ame realmente los juegos.

La maquinación de sucesos en su intrincada trama, la atención y el detalle que le brindan a la caracterización de personajes (Especialmente a Kuwana) son realmente elogiables.
Por encima de todo esto y a través de sus personajes, el juego nos plantea el dilema ambiguo de lo que puede ser realmente la “JUSTICIA” en todo el sentido de la palabra.

En definitiva, es un juego que logra brillar por sí mismo y no tiene nada que envidiarle a la saga de Kiryu o incluso, a otros triple A del mercado.