Ausente



Durante todo este tiempo y desde que tengo memoria, las personas con las que he tenido contacto han desarrollado habilidades sociales conociendo amigos, lugares, música, libros y un largo etcétera mientras que yo, en parte por mi forma de ser y en parte por azar, he estado aislado y ausente.

Mi mundo ha sido, es y será el de los videojuegos. Siempre ha habido quien se ha compadecido de mí por no estar viviendo en la realidad. Otros no han entendido directamente cómo podía encontrar paz y armonía en algo tan virtual y alejado de la realidad, tan inútil, impalpable y poco productivo.

Es curioso pero nunca nadie se ha parado a preguntarse por qué, menos aún quien haya contemplado siquiera que haya sido una decisión. Aquí al menos explicaré los motivos para que quien se tome la molestia de leer esto sea capaz de entenderlo, de entenderme y de ponerse en mi lugar:

Me cuesta muchísimo conectar con las personas en general. Soy una persona práctica, seria y parca en palabras. No me gusta nada hablar. A veces sueño con ser mudo, y muchas veces pienso que la mayor aspiración de mi vida es la de llegar a ser un mero observador: inactivo, pasivo, inocente...

Porque a mí cuando hablo lo que me gusta es compartir, ser un libro abierto y darme a conocer. Pero me gusta aún más cuando los demás hacen lo mismo y comparten conmigo su psique, sus problemas y sus miedos, en vez de las tonterías de tres al cuarto que nos desconectan de todo y de todos.

Están los inconscientes, los que no saben qué significa ser humano, los que son más planos que un folio, los que tienen el mismo desarrollo emocional y afectivo que una patata, los que no aceptan la realidad por ignorancia y los que si la aceptaran se autodestruirían por falta de espíritu y de agallas.

¿Cómo no voy a tener pereza hasta de abrir la boca ante semejante panorama? Yo tengo una sensibilidad y una percepción características, y además soy algo tímido. No estoy hecho para compartir ni tiempo ni nada con personas que aprecio que están haciendo de todo menos compartir. Me duele.

Probablemente sea la persona más solícita que conoces y no lo sepas, pero es normal. La mayoría no está preparada para tener según qué conversaciones, y hoy en día vivimos en un mundo en el que lo raro es tener la voluntad y las ganas de hacerlo, y la inteligencia y la introspección necesarias.

Así que al final, las palabras que sí se dicen son las que más sobran. Además raramente representan lo que de verdad queremos decir. No tiene sentido. Lo único importante para mí ya es compartir acciones, hechos y gestos... Siempre fui un extremista de la economía lingüística, qué le hacemos.

Y tú, que estás leyendo esto: si alguna vez notas en mí lo que puede parecer una tara cultural (cosas que no sé, que no he vivido, que no he escuchado, que no he visto...), o te inquieta lo callado que estoy, recuerda el primer párrafo: son los daños colaterales de la vida que he tenido y que he elegido.

Mejor fuera que dentro de esta barabarie.

P.D. A veces la realidad no da para más, y uno tiene que saber cómo compensarlo. Los videojuegos son mi equilibrio, mi forma de conectar con el mundo, con las emociones y con las personas, y con todas esas cosas que no sería capaz de vivir en el mundo real.

Parte de mi humor, de mi particular visión del mundo, de mis principios e ideas, de mi escala de valores, de mi pirámide de prioridades, y de mi sensibilidad estética, moral y afectiva están definidas gracias a vosotros. Os lo agradezco.