La de-construcción que no existe.

¿Qué es Spec Ops: The Line?
Bueno, desde el inicio ya el juego nos quiere vender una idea indirecta con características distintivas: El himno de Estados Unidos con una melodía de rock en formato LOFI y la bandera del mismo país dada vuelta que eso significa solicitud de auxilio por amotinamiento, secuestro o actualmente terrorismo; algo esta mal.

Entonces comienza el juego y comenzamos con la típica misión en un vehículo disparando un arma automática derribando helicópteros enemigos hasta que nos chocan y comienza realmente la historia para darnos contexto. Sobre nuestro protagonista: un militar llamado Martin Walker que habla lleno de florituras sobre un tal John Konrad y descubrir que es lo que sucedió en Dubai.

Mecánicamente el juego esta... bien, no hay mucho más que pedirle, es el típico shooter en tercera persona de séptima generación que sigue con la filosofía de controles de Gear of War. ¿Funciona? Si, no hay nada de que quejarse en este aspecto y es hasta de agradecer que en algunas secciones se pueda usar el escenario para que tengamos la ilusión de que estamos creando una trampa y estamos improvisando.

La dificultad, la verdad es poca, la inteligencia artificial es normal, nada del otro mundo y busca aumentar su dificultad en base a las estadísticas de sus hordas de enemigos pero nada innovador. El juego no busca reflejar ningún realismo. Hay un sistema de aliados pero no parecen ser de una gran ayuda ya que basta con lo que el jugador sabe hacer.

Gráficamente esta bien, nada sorprendente. Es de agradecer algunos efectos de luces y sombras. que hacen que el juego se destaque muchísimo en entornos oscuros, pero palidece en entornos abiertos donde el amarillo y el naranja saturan.

Del multijugador no se puede hablar, esta muerto y no hay posibilidades de que reviva.

Pero ahora vamos con lo que realmente importa, la historia, y todos los supuestos alegatos que le dieron para considerarse un juego anti-bélico. De los personajes no se puede hablar, son planos y un fondo hueco que no parecen importar realmente en la trama y no nos muestran emociones reales o crisis humanas reales. Adams y Lugo poco importan en la trama y aunque puedan llegar a plantear como las cosas están mal, luego, en el gameplay no parece haber una consecuencia porque siguen obedeciendo ordenes sin rechistar o cuestionar. Luego Walker tampoco demuestra mucho más que una admiración por Konrad que parece ser para él el motivo de continuar. ¿Pero que hace Spec Ops: The Line? Nada realmente con su material, ¿Matar a compañeros del 33 o compatriotas? Supuestamente es una premisa, pero cuando son hordas y hordas de tiroteo dejan de tener un valor realmente esos soldados porque aunque se lo cuestionen no pasa de un dialogo y ya, no hay un efecto en el gameplay o las actitudes de nuestros compañeros. Hay una sección donde buscan humanizar a los soldados que tienen una reflexión sobre buscar la paz sea como sea, pero luego se transforman en PNJ que hay que eliminar. O sea, quedó en un dialogo y todo se terminó.

Entonces llegamos a la famosa escena del fósforo blanco, tan mencionada como algo disruptiva para el medio que trata de reflejar los horrores de la guerra mostrándonos la des-humanizacion de matar a soldados y hacer desaparecer puntos blancos en un mapa. Es el punto de ruptura de los personajes Adams y Lugo se rompen mientras que Walker les ordena que hay que seguir adelante para hacerle pagar a "los culpables" lo que sucedió. Ahora esto trae consigo una dicotomía muy importante: nos quieren poner en un punto de critica de lo que significa matar a otro ser en este caso un NPC, pero nada evita que sigamos ese camino y todo se convierta en una galería de tiro. Es imposible hacer reflexionar a alguien si no le ofreces un camino opuesto al normal: no usar el fósforo blanco, no matar. Entonces Spec Ops: The Line, sus creadores y su marketing terminan siendo manipuladores en hacernos querer sentir mal, pero termina siendo que el sentimiento de locura de la guerra es meramente una ilusión creada para querer hacer parecer al juego como algo subversivo, cuando termina siendo uno más del montón.

Sin seguir ahondando en spoilers sobre su final, podríamos decir que el descenso a la locura de Walker esta bien planteado a nivel narrativo, pero nada más, no se refleja en lo más mínimo en la jugabilidad o en otro momento que no sea las cinemáticas o pinturas en paredes que varían a lo largo del juego. Spec Ops: The Line es... un juego que no cierra. No puede dejar de pensar fuera de los juegos militares modernos, y tampoco deconstruye el videojuegos de guerra que era su principal alegato. Porque deconstruir no es hacer lo mismo pero con un tono "serio".

¿Spec Ops: The Line es un buen juego? No, tiene muchos matices y quiso abusar de su marketing para vender algo que no es. Jugablemente no llega a los mejores exponentes de su época y gráficamente aparte de momentos muy particulares, esta limitado al Unreal Engine 3.