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tanto como de sus compañeros de equipo.
wallhack, aimbot, radarhack, triggerbot entre otros.
Pesima conducta hacia los jugadores que llevan años, vulnera la ciber-seguridad que valve ofrece a este maravilloso juego,
convirtiendolo en un juego tedioso donde jugadores han dejado de jugarlo por los mismos motivos mencionados anteriormente.
Ocupa palabras ofensivas al resto de los jugadores y opaca la jugabilidad de los Legit Players haciendo un ambiente toxico e hinospito.
O colabora con otros jugadores que si tienen hack para obtener victoras faciles y guarda silencion sabiendo que es siendo una deshonra
para el mismo jugador que no ocupa programas externos.
q0: .word 4
.text
.globl main
main:
lw $a0,q0
jal f1
move $a0, $v0
li $v0, 1
syscall
li $v0, 10
syscall
f1: #push
addi $sp, $sp, -4
sw $ra,($sp)
addi $sp, $sp, -4
sw $s0, ($sp)
addi $sp, $sp, -4
sw $a0, ($sp)
mul $a0, $a0, $a0 # product = difference * sum
jal f2
move $s0, $v0 #return
addi $s0, $s0, 2
move $v0, $s0
#pop
lw $a0, ($sp)
addi $sp, $sp, 4
lw $s0, ($sp)
addi $sp, $sp, 4
lw $ra,($sp)
addi $sp, $sp, 4
jr $ra
f2: #push
addi $sp, $sp, -4
sw $s0, ($sp)
#calculo
mul $s0, $a0, $a0
move $v0, $s0
#pop
lw $s0, ($sp)
addi $sp, $sp, 4
jr $ra
barranco de basura putrefacta.
Un ominoso viento en los pulmones
de las tierras baldías oxidadas.
Solo un barranco abrupto, flor de caos.
Tiemblan las ramas de dos blancos álamos.
Pero aquí entre los muertos no hay silencio:
hay cien mil corazones que se quejan.
Hay ceniza plateada de los huesos.
Hay un cráneo en pedazos agrietados.
Las gafas destrozadas de un anciano.
Un zapato de niño ensangrentado.
Y enterrados debajo de los restos,
en pedazos también, descabezados,
son cien mil los cadáveres humanos.
Aquí silban las lenguas iracundas,
aquí corren arroyos de alquitrán
y abyectos gambusinos hurgan ropas
en busca del botín de los cadáveres.
Vagaban llamas negras y escarlatas
sobre la tierra en el horror pasmada,
la luz sangraba en los tejados sucios
y en las agujas sucias de Kyiv.
Ningún remordimiento apaga el fuego.
Nada puede vengar la desmesura.
Malditos los que piden el olvido.
Malditos los que piden el perdón