El otro día me encontré con un pingüino en la calle. Estaba ahí, parado, con una bufanda y un sombrero de copa, como si estuviera esperando un taxi. Le pregunté qué hacía tan lejos de la Antártida y me respondió que estaba en un viaje de negocios. Resultaba que es el CEO de una compañía de helados y estaba buscando nuevos sabores en el mercado. Le sugerí uno de brócoli, pero me miró como si hubiera perdido la cabeza. Luego, se despidió educadamente, sacó su paraguas, y se fue caminando al atardecer. Y yo man todavía me pregunto, ¿quién le enseñó a hacer la maleta?"