Era una imagen enternecedora, tal vez demasiado. Su joven sobrino disfrazado con su bonito pijama dormido sobre las rodillas de su tío. Era demasiado bonito como para no hacer nada. Tal vez por eso comenzó a tocarle su culito, hasta meter la mano dentro de su ropa interior para así sentirlo mejor aun. Pero el jovencito acabó despertándose y fue entonces cuando le dijo que se pusiera a cuatro patas, que tenía que sentirlo bien. Lo hizo y entonces penetró su estrecho trasero para follárselo bien. Lo cambió varias veces de posición, su tío era muy dominante y eso a él le gustaba. De hecho la cara del joven lo decía todo, sabía que se lo estaba ♥♥♥♥♥♥♥♥ tal y como a él le gustaba, y eso de darle ese tipo de placer hacía que disfrutara aun más.