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He terminado Talos 2 hace apenas un día. Originalmente, pensaba centrarme en hablar sobre cómo mejoró en comparación con su precuela, pero la mejora es tan evidente en tantos aspectos que simplemente puedo afirmar que Talos 2 es superior en todos los sentidos. Aunque tiende a flaquear en los puzles de estrellas, los cuales son más fáciles que los del juego anterior, sigue siendo una experiencia notable. A pesar de esto, el juego mejoró los puzles al agregar más contenido y proporcionar formas curiosas de resolverlos. En términos de jugabilidad y gráficos, es indudablemente superior y lo recomendaría sin dudarlo. No obstante, hay un aspecto más profundo que me gustaría abordar.

Talos 1 fue una experiencia que me hizo reflexionar profundamente en mi infancia. Aunque su filosofía y narrativa ahora me parecen algo obsoletas en mi perspectiva actual, sigue siendo impactante por su enfoque algo religioso y su capacidad para incitar a la reflexión sobre que es ser humano. Sin embargo, quiero destacar la historia de Talos 2 de manera más seria, ya que, en mi caso, es un tema sobre el que he estado reflexionando durante varios años.

Intentaré evitar spoilers importantes y explorar mucho en la filosofía del juego. Hay algo que he llegado a detestar profundamente en estos días: el desprecio hacia la especie humana. La idea de que alguien odie a nuestra especie debido a decisiones del pasado, hechos y actos, me enfurece y para sorpresa mía, este juego habla de una u otra forma de este tema. El juego aborda el futuro de la nueva humanidad y ofrece diferentes perspectivas sobre el progreso de la especie. Algunas de estas visiones las comparto como la del avance de la especie aun considerando el riesgo, otras las considero más profundas con una comprensión completa de la especie, y también está la postura conservadora, que prefiere limitar la especie en lugar de dejar que la naturaleza siga su curso sin la intervención humana. Aunque no estoy de acuerdo con esta última postura, la entiendo casi en su totalidad, ya que refleja el miedo al pasado y al avance que podría causar el mismo daño.

El juego invita a la reflexión sobre si los humanos merecemos progresar o vivir limitados, e incluso si merecemos avanzar. Siempre he creído que como especie debemos avanzar y aprender de nuestros errores para evitar repetirlos. El no avanzar solo trae más tragedias que nos limitan y no resuelven los verdaderos problemas de nuestra especie. El juego vive en la reflexión sobre si merecemos progresar o vivir limitados, enfrentando los errores para un futuro mejor. Aunque la esperanza siempre está presente, avanzar requiere tener fe.

Recomiendo la historia de Talos 2. Sé que no es para todos, pero al menos ofrece la capacidad de decidir tu destino después de enfrentarte a desafíos que solo tú valorarás. Ninguna respuesta es necesariamente incorrecta; simplemente es la dirección que eliges. De una u otra forma, debemos afrontar los errores para un futuro mejor, ya que incluso los nuevos humanos no comprenden por completo por qué sus antepasados odiaban a su propia especie. Esto es algo que no tiene sentido, incluso para ellos, que en algún momento pensaron que eran superiores a los humanos, pero ahora saben que no son diferentes en nada.

Otro aspecto que quiero comentar es cómo el juego vuelve a utilizar la imagen del mal o satánica para representar a aquellos que cultivan la duda y la curiosidad. No debemos demonizar la curiosidad humana; Talos 1 ya habló de esto, y la secuela no se queda atrás.

Disfruten de esta secuela entretenida, hermosa y brillante. Quizás algún día la vuelva a jugar y mi filosofía cambie, como ocurrió con Talos 1, pero siempre sabré que estos juegos han sido un buen pilar en mis ideas y han alimentado nuestra inteligencia con puzles, como dijo Alexandra.

Robots y filosofía

Todavía recuerdo cuando descubrí este juego poco después de su lanzamiento y me enamoré de él a los 11 años. Lo jugué con recursos mínimos en la peor computadora posible. Honestamente, este juego influyó significativamente en mi percepción del ser humano y de la vida misma. Sin embargo, hablaré de eso más adelante; primero, compartiré algunas opiniones sobre el juego, así que esta revisión será un poco extensa.

En cuanto a su jugabilidad, se define simplemente como "simple", lo cual está bastante bien. No hay efectos o situaciones complejas; solo hay escenarios exigentes que requieren un análisis detenido, tanto en los puzles tipo rompecabezas como en los puzzles dentro del propio mundo. A pesar de no ser fan de las cosas difíciles, me aburro rápidamente si son demasiado fáciles, y este juego maneja bien la dificultad de sus puzzles. Aunque a veces pueden volverse un tanto tediosos, las mecánicas son perfectas. Es importante destacar que el juego puede llegar a marear o cansar la vista, no por la cantidad de elementos en pantalla, sino debido a la velocidad exagerada del movimiento en el juego. No obstante, esto se puede solucionar ajustando la configuración del juego.

La narrativa es simplemente fascinante. Sin entrar en spoilers, la historia gira en torno a un dios y su creación, preparándose para entrar al cielo en un mundo extraño diseñado con puzles que desafían la mente. A través de una computadora conectada a una biblioteca pensante, puedes aprender mientras avanzas. Entrando en spoilers más intensos sin revelar exactamente lo que sucede, es intrigante observar cómo, de cierta manera, todo refleja la historia de Dios, Satanás y la manzana. Aunque no es una representación exacta, el paralelismo es evidente y el juego juega con esta idea, mostrando la complejidad de la existencia humana y lo que nos hace humanos. En lo que respecta al dios del juego, se presenta como la voz de la razón, el poder y la guía, pero su verdadera naturaleza se desmorona a medida que descubrimos más información. En cuanto al ángel caído, se caracteriza por la curiosidad, la tentación y cierto cinismo. Me gusta que el juego sugiere que ser tan curioso como él no es necesariamente malo; de hecho, puede ser bueno, ya que aquel que no enfrenta su realidad nunca descubrirá la verdad. En relación con la manzana en el juego, simplemente pruébalo y sabrás qué representa.

A pesar de mi amor por el juego, no puedo ignorar algo que, siendo muy honesto, considero mal diseñado: los puzzles de las estrellas. Algunos son coherentes y puedes descubrir cómo resolverlos observando el mundo del juego, pero otros simplemente están mal diseñados. Creo que el mapeado y el diseño del mundo no incentivan la exploración, y los secretos son tan difíciles de encontrar que parece necesario golpear cada pared repetidamente para descubrirlos, ya que son prácticamente invisibles incluso cuando estás a solo 2 pies de distancia. El mundo no proporciona suficientes pistas y encontrar estos secretos parece depender más de la suerte que de la habilidad para explorar.

Otra observación más personal y no negativa es el enfoque filosófico del juego. Recuerdo que, en su momento, el juego me ayudó a formar una postura personal, pero al jugarlo nuevamente luego de años de la segunda vez que lo volví a jugar, me parece un tanto obsoleto. El juego tiende a encerrar sus ideas y filosofía, y quizás podría haber explorado estas temáticas más a fondo. Sin embargo, entiendo que esto puede ser más una cuestión de mi propia perspectiva que un problema real del juego.

En resumen, este juego es simplemente increíble. Sigue viéndose bien y es muy disfrutable. Lo volví a jugar para poder disfrutar de su secuela, y cuando lo termine pienso en escribir una reseña. Mientras tanto, quiero enfatizar que vale la pena darle una oportunidad a este juego y su historia, y recuerden que todo lo que tenga sangre, incluso si es icor, está vivo.