Apareces de la nada en la playa desnudo con una roca y una antorcha. Te abres paso por una isla gigante en la que te encuentras mientras te vas equipando y a la vez intentando esquivar a todos los degenerados que te puedas encontrar.

"Parte de la consideración de que todos los seres humanos son iguales por naturaleza, tanto a nivel físico como psicológico, viene y por tanto, todos tienen la misma predisposición para la lucha."
- Thomas Hobbes

Por tanto, éstos DEGENERADOS, que van mucho más armados que tu, te matarán sin dudarlo mucho. Y si mueres, volverás a la playa, pero si matas, conseguirás TODO lo que lleve encima, todas las horas invertidas en conseguir recursos y por supuesto, le causarás una frustración y decaimiento emocional. Mates o no, tu objetivo es refugiarte, en una base o incluso búnker, en la que acumular la mayor cantidad de ítems posibles y ser cada vez más poderoso. Llegados a este punto y debido a la cantidad de muertes que habrás acumulado, la degeneración empezará a hacer mella en ti, queriendo matar a otros recién llegados que veas salir de la playa, en honor a tu venganza y en tributo a tu salud mental perdida. Rust pone en juego toda nuestra evolución social y elimina cualquier regla o censura, si alguna persona te asesina, te gritará lo bien que la pasa matándote o insultando a tu familia en lo que te desangras y estás noqueado en el suelo, porque un enemigo frustrado, es un enemigo que no piensa con claridad, y ésta, es la competencia del más apto.

Conforme vayas progresando y tu riqueza sea mayor, podrás notar como el vínculo que hay entre tú y tus objetos se hace cada vez más evidente. Así que decides reforzar tu base. Lo que era madera ahora es piedra, si no es que metal. Empiezas a andar por estrechos pasajes laberínticos de tu base al golpe oxidado del metal. La situación es claustrofóbica. Pero aún así, piensas que la seguridad es poca y empiezas a añadir más capas de pared a las paredes exteriores. Al final tienes un cubo de 2 x 2 metros rodeado de incontables paredes, techos y un complicado y escabroso acceso hasta el núcleo de tu base.

Sientes que ya estás seguro. Echando un vistazo a tu base desde fuera se ve segura, robusta, potente. Y también sugerible. La pequeña cabaña en mal estado en la que empezaste tiempo atrás se ha convertido en un bloque de metal macizo a prueba de balas o un grande castillo amurallado y eso es tentador para otros jugadores. La gente te ha dicho que ninguna base es impenetrable, asique necesitas convencerte que lo has dejado todo en un estado óptimo para poder desconectarte del servidor el tiempo suficiente hasta que vuelvas sin que pase nada. Pero nunca estás del todo seguro.

Puede que la próxima vez que te conectes no haya pasado nada, o hayan reventado tu bastión y el único sitio en el que puedas reaparecer sea la playa. Lo que importa es el tiempo que no estás ahí, mejorando tu casa, ejerciendo presión al enemigo, defendiendo el terreno. Ellos nunca descansan y sabes que les es más fácil pillarte mientras duermes. En este punto la degeneración mental se habrá disparado hasta límites insospechables. Cualquier tieso sin ropa que veas podría esconder una pistola improvisada y reventarte el cráneo con un disparo si se acercase por tu espalda. También podría estar dando vueltas por tu casa estudiándola para volver con sus amantes y explosivos plásticos.

Tendrás problemas con el tiempo, con tu pareja, con tu trabajo, estás tan vinculado con la situación que ahora tu vida es ésta. Tu base es esta. Tu misión es esta. Cuando puedas te conectarás a la vida real, pero aquí hay ítems y recursos que cuidar y no queremos volver a la playa NUNCA MÁS.