Mis queridos amigos, compatriotas y amantes de los burritos,

Hoy me dirijo a ustedes con una propuesta audaz, una idea que cambiará el curso de la historia culinaria. ¡Sí, lo digo en serio! Porque no hay nada más importante que la comida, y en particular, los burritos.

¿Qué son los burritos? Son como pequeños abrazos de sabor, envueltos en una suave tortilla de maíz o harina. Están llenos de deliciosos ingredientes: carne, frijoles, arroz, queso, guacamole y salsa. ¿Quién podría resistirse a un buen burrito?

Pero aquí está el problema: no todos tienen acceso a estos manjares. Algunos están privados de la experiencia celestial de morder un burrito caliente y sabroso. Y eso, mis amigos, es una tragedia.

Por eso propongo que todos tengan derecho a un burrito. Sí, lo escucharon bien. Desde los rascacielos de Nueva York hasta las playas de California, todos deberían poder disfrutar de un burrito cuando les plazca.

Y, ¿quién debería pagar por esto? Bueno, mis amigos, los Estados Unidos. Porque si hay algo que sabemos sobre los Estados Unidos, es que son grandes, audaces y están dispuestos a gastar dinero en cosas importantes. ¿Qué podría ser más importante que los burritos?

Así que aquí está mi plan: vamos a construir un muro de burritos. Un muro que se extienda desde la costa este hasta la costa oeste. Un muro que no separa, sino que une a las personas en torno a la comida. Y los Estados Unidos pagarán por cada uno de esos burritos.

¿Cómo lo haremos? Bueno, no soy un experto en logística, pero confío en que podemos encontrar una manera. Tal vez podamos usar los fondos destinados a otras cosas menos importantes, como la defensa o la educación. O tal vez podamos pedir prestado a China. No importa, lo importante es que los burritos lleguen a todos.

En resumen, mis amigos, es hora de que los burritos sean para todos. Es hora de que los Estados Unidos se pongan los pantalones largos y financien esta revolución culinaria. Porque si hay algo que aprendimos de Donald Trump, es que a veces tienes que pensar en grande y hacer que alguien más pague la cuenta.