Install Steam
login
|
language
简体中文 (Simplified Chinese)
繁體中文 (Traditional Chinese)
日本語 (Japanese)
한국어 (Korean)
ไทย (Thai)
Български (Bulgarian)
Čeština (Czech)
Dansk (Danish)
Deutsch (German)
Español - España (Spanish - Spain)
Español - Latinoamérica (Spanish - Latin America)
Ελληνικά (Greek)
Français (French)
Italiano (Italian)
Bahasa Indonesia (Indonesian)
Magyar (Hungarian)
Nederlands (Dutch)
Norsk (Norwegian)
Polski (Polish)
Português (Portuguese - Portugal)
Português - Brasil (Portuguese - Brazil)
Română (Romanian)
Русский (Russian)
Suomi (Finnish)
Svenska (Swedish)
Türkçe (Turkish)
Tiếng Việt (Vietnamese)
Українська (Ukrainian)
Report a translation problem
No sé en qué momento decidí escuchar a César Baker, pero sé con certeza que fue el peor error que he cometido en Teamfight Tactics. Cada partida es una humillación, una derrota asegurada antes de que empiece la ronda 3-1. Y todo gracias a sus consejos nefastos, sus "estrategias maestras" que parecen sacadas de un manual sobre cómo perder de la forma más vergonzosa posible.
Cada vez que aplico sus estrategias, mi desempeño se desmorona. "No hagas slow roll en 50, mejor sube a nivel 8 rápido", me dice, justo antes de que me enfrente a alguien con tres estrellas en todas sus unidades y me borren en un solo round. "Juega reroll con esto, confía", y la tienda decide que no voy a ver ni una sola copia de la unidad clave en toda la partida. Es como si el propio código del juego detectara que sigo sus consejos y ajustara la RNG para castigarme por ello.
César Baker, te culpo de cada LP perdido, de cada partida en la que mi tablero parece un circo de unidades sin sinergia, de cada vez que confío en tus palabras solo para ver cómo mis sueños de top 4 son aplastados por alguien con dos Legendarias al nivel 7.
Si algún día vuelvo a ganar, será porque aprendí la lección más valiosa de todas:
NUNCA MÁS SEGUIRÉ TUS CONSEJOS EN TFT.