Escribo estas, mis primeras palabras en el salvaje continente de Lustria, no sin antes haber tenido que descansar dos días en la mejor taberna que mi dinero extranjero me pudo conseguir. Seguramente escucharon alguna vez que nosotros los halflings no amamos nada más que el hogar, que nos gusta tener los pies en la hierba y que nuestros días solo alternan el trabajo y los pequeños placeres. Que no nos gusta la aventura, que cuál es la necesidad. Seguramente también se imaginan que quien escribe, por el simple hecho de ser reportero de campo, vive la excepción de la regla. Permítanme asegurarles que luego de la terrible experiencia de cruzar el océano en un dirigible enano, yo tengo mis dudas sobre qué clase de halfling soy.

Hace aproximadamente dos meses recibí una invitación del mismísimo Josef Bugman, el famoso enano cervecero, guerrero y ahora también, aunque no lo crean, entrenador deportivo. Aparentemente una banda de goblins que él y sus Rangers han estado persiguiendo, ha huído en barco hacia Lustria, disfrazados todos ellos de jugadores de Blood Bowl. Al viejo enano no se le ha ocurrido mejor idea que seguir el juego, y me ha llamado a mí para que cubra la gira del equipo por el nuevo continente, contribuyendo así a enmascarar mejor la trampa. Creo que él se divierte con esto, y si pudiera aplastaría a sus rivales en una cancha en vez de un campo de batalla. Yo creo saber porqué. Las batallas no tienen cobertura mundial por Cabalvision.

Embarcamos a bordo del dirigible "Gambito de Grugni" en algún lugar de las Montañas que separan a Bretonnia del Imperio (me llevaron hasta allí en girocóptero y con los ojos vendados). Solo verlo ya fue escalofriante. La nave, de cincuenta metros de eslora, se ve completamente opacada por el tamaño del enorme globo con forma de cigarro que la corona, cubierto con runas de navegación y protección. El diseño fue responsabilidad del famoso Maestro Ingeniero Grimm Burloksson, y las runas obra de Thorek Ceñohierro, Señor del Yunque. No existió jamás semejante mezcla de maestría artesanal y las mas novedosas tecnologías. La maravilla sin embargo no duró mucho. La nave se mueve mucho en un cielo calmo, y cuando hay tormentas se desata un infierno que haría temblar al más oscuro campeón del Caos. Estando en la cubierta el riesgo de salir despedido es altísimo, pero no tan peligroso como quedarse puertas dentro, donde los objetos salen disparados como municiones de cañón organo con cada trueno. No todos lograron sobrevivir ese viaje, y no falta nunca un enano que me mire al pasar, con ojos veteranos de cien guerras, como diciendo "no entiendo como tu si estás vivo".

Ahora debo ir a levantar mis acreditaciones a la oficina de ABBLE, la Asociación de Blood Bowl de Lustria y Estalia, que organiza la liga en la que Josef y sus Rangers jugarán buscando cruzarse con esos escurridizos pieles verdes. Al parecer habrá algunos partidos amistosos primero, y luego seguiremos viaje hacia las Islas Tortuga, donde se jugará la primer copa que los enanos disputarán...